La palabra española “garbanzo” se deriva del nombre griego, revíthia y el nombre botánico de la especie es, Cicer arietinum, y a su vez esa misma palabra significa verruga.
Se dice que Marco Tulio, conocido universalmente por su mote Cicerón, debía el sobre nombre, a la verruga que lucía en su nariz.
Del origen de los garbanzos, Harold McGee cuenta en el libro “La cocina de los alimentos”, que son oriundos de las zonas áridas del sudoeste asiático y como el haba, el guisante y la lenteja, se han cultivado desde hace, por lo menos 9.000 años.
Existen dos tipos de garbanzos, el “desi” y el “kabuli”. El desi, más parecido al garbanzo silvestre, con semillas pequeñas, una cubierta seminal gruesa y dura, color oscuro, variedad que se cultiva en Asia, Irán, Etiopía y México. El segundo tipo de garbanzo, kabuli, más común en Oriente Próximo y el Mediterráneo, es más grande y de color crema. Y en España, la variedad de garbanzos con más calidad, es los de Pedrosillanos y Fuentesaúco.
RECETA:
Ingredientes:
20 gr de ajonjolí
1 diente de ajo
El jugo de 1/2 limón
300 gr de garbanzos cocidos
Pimentón
Sal y pimienta
Cantidad suficiente de aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Tostar ligeramente el ajonjolí y triturar
Picar fino el diente de ajo, añadir a lo anterior y triturar.
Añadir el jugo de limón, sal y los garbanzos y triturar muy fino. Añadir aceite para conseguir la textura adecuada.