Albaricoques en almíbar

El aroma que distingue a los albaricoques, también llamados damascos, son sus notas cítricas, herbales, florales, similar al melocotón, que convierte esta delicada y pequeña fruta, en un manjar.

Este tipo de frutas no acumulan almidón, por eso no se endulzan después de recolectarlas, solo se ablandan y desarrollan aroma.

El albaricoque es tan delicado de mantener, que la conserva en almíbar, es una forma interesante de alargar su vida.

Si queremos conservarlos en un lugar adecuado, debemos esterilizar los botes donde vayamos a guardar la fruta en almíbar.

Para ello, usaremos botes de cristal, que cierren herméticamente. Los hervimos durante media hora, dejamos secar y ya están listos para introducir el almíbar, con la fruta escaldada previamente y pelada.

Una vez tengamos preparados los botes, comenzamos a elaborar el almíbar.

Ingredientes:

• 1 k. de albaricoques
• 340 gr de azúcar
• 250 ml de agua

En un cazo mezclamos el agua con el azúcar, y calentamos dos minutos, hasta que se disuelva completamente el azúcar.

Dejamos que baje la temperatura, hasta casi ambiente.

Por otro lado, escaldamos los albaricoques. La acción de escaldar debe hacerse en unos segundos, ya que la piel es muy delicada y puede afectar a la carne de la fruta.

Refrescamos en un bol con agua y hielo, para parar la cocción.

Pelamos, y partimos en dos cada albaricoque para retirar el hueso.

Introducimos en el bote las mitades, cubriéndolas de almíbar.

Ya que no hacemos el vacío, el tiempo de conserva debe ser relativamente corto, y siempre mantener en frío.

Albaricoques en almíbar

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